11 de noviembre de 2024
Coincidiendo con el puente de Todos los Santos, del 1 al 3 de noviembre, 18 afortunados monitores del CINA tuvimos la suerte de asistir a un curso de formación de Vaurien en el Embalse del Atazar. Contamos con la presencia de un auténtico crack: Andrés Jiménez Fernández. Proveniente de Cangas (Pontevedra), y con un extenso currículum que impresiona. Las "Master Class" de Andrés eran una joya: cada palabra, cada concepto tenía peso. Nos hizo ver la importancia de elementos que solemos subestimar, como la trapa y la baluma (algunos hemos soñado con trapas y balumas persiguiéndonos sin parar). Además, si algo nos quedó claro de todo lo que nos contó, fue que el Vaurien no se domina solo con el timón, sino que los pesos son esenciales para mantener la dirección adecuada y realizar unas viradas con balanceo de manual. Desde luego, Andrés puso todo de su parte para que aprendiéramos a detectar los errores y a corregirlos, hasta nos grabó para que viéramos cómo la liamos sin darnos ni cuenta… () Salió la flota de Vaurien del CINA al completo: los 6 barcos de escuela que ya tanto nos conocemos, más la nueva incorporación “Pinke” (un gran debut, por cierto), y dos Vaurien propios de otros cineros, en total, 9 Vauriens. En la Zodiac, en la que iban Andrés y Juan de Arana, se aprovechaba para grabar en video y observar con detalle todos nuestros movimientos. El primer día no tuvimos mucha suerte con el viento, algo pudimos practicar, pero se quedó corta la navegación con todo lo que habíamos aprendido en la clase. Afortunadamente, el segundo y tercer día la cosa cambió; el viento se animó y pudimos practicar las maniobras que vimos, así como unas buenas salidas de regata y maniobras con el spi. El “Pinkie” tripulado por Mireia y Paloma dio mucha guerra en la regata, a pesar de su solera. Todos tuvimos momentos para recordar; Edu, como siempre, el alumno aventajado, pero Raquel fue la que nos demostró cómo hacer unas buenas viradas con balanceo (¡esos vídeos tan didácticos van a quedar para la posteridad!). Y Chemi… no hubo triangulito entre la trapa y la escota que se le resistiera; se movía como pez en el agua. Cada uno aportaba su experiencia y buen humor, y eso hizo que el ambiente fuera una mezcla perfecta de aprendizaje y diversión. Pero los días no acababan al salir del agua. Tras reponer un poco las energías comentando la jugada en el galpón (a partir de ahora conocido como el “almacén de los monitores; escoge el moni que más te guste”), o en el restaurante El Lago, nos dirigíamos hasta Serrada de la Fuente para cenar como reyes. Algunos nos hospedamos en dos apartamentos cercanos al Embalse y la mayoría en los bungalows del camping de Cervera de Buitrago. Los bungalows eran de madera, de estilo montañés y acogedores, con una terraza desde la que se veía el Embalse en todo su esplendor, sobretodo al atardecer, cuando el agua se teñía de colores rojizos. Eso sí, las literas de una de las habitaciones eran todo un deporte de riesgo. Los de abajo vivieron al límite, escuchando cómo crujía la estructura cada noche y rezando para que no se les cayera su compi mientras dormían. Una experiencia inmersiva en su totalidad. Ha sido un finde intenso, pero muy divertido y valioso. Que, sin lugar a dudas, no hubiese podido ir tan bien sin la enorme implicación de varios monis expertos en organizar este tipo de cursos. Se merecen especial mención Mireia, Edu, Juan, Jorge, Mariano (y Andrés, por supuesto, que ya estamos desando que vuelva), que dedicaron su tiempo y esfuerzo para que este curso fuera un éxito. Tras el Tercer día del curso, acabamos cansados, pero habiendo disfrutado al máximo y exprimido las enseñanzas de Andrés, que tan pacientemente nos ha explicado los secretos del Vaurien. Esperamos volver a repetir pronto la experiencia!